Hay lugares que tienen un algo. Los tejados son así, especiales, tienen un algo. Son lugares reflexivos, donde el aire corre más puro y el sol te da en la cara. Hace unos meses que se me metió en la cabeza realizar una sesión de pareja con vestidos de boda en un tejado, y, pese a las dificultades que, a priori, podían surgir, Lelly y Serre estaban dispuestos a entregarse a mi locura y apostar por divertirnos en busca de unas fotos de postboda divertidas, diferentes y especiales.  Después de mucho mirar al cielo, de sortear el frío y la lluvia…, al fin pudimos liarla. Pasamos una tarde increíble, divertida, terapéutica, gatuna… y así un largísimo tren lleno de agradables adjetivos calificativos.  Mil gracias chicos, sois únicos.
Los trajes de boda ya no son para un día. Ahora podemos divertirnos y sacarles un verdadero y apasionante partido.

Quisiera de nuevo aconsejar encarecidamente las sesiones postboda, por mil motivos que hoy no expondré: hoy que hablen las fotos.