Captar la vida, inmortalizar el instante, sentir que la luz llega hasta mis ojos a traves de un objetivo y con un verdadero sentido. Todo empieza y todo acaba, pero las fotografías perduran. Son la pura expresión de nuestro tiempo, del tiempo de cada uno. Son la representación más fiel de cada momento.
Supongo que lo que me trae hasta aquí es esa transmisión de sensaciones que es capaz de sugerir un puñado de píxeles. Son los ojos de una novia cuando se ve así misma en una pantalla… es la sonrisa de un padre que advierte la vida en las pupilas de su hijo… es la capacidad de impresionarse con la propia realidad. No se trata de congelar el instante sino de hornear el momento para saborearlo una y otra vez.
Esta es una de las mil fórmulas que me traen aquí, que me llevan a tí.
Déjate convertir en luz, deja que una porción de 35 mm perdure para siempre.